Vida a bordo

07.01.2018

La mayor parte de la vida de estos aventureros pasaba en el mar, a bordo de n barco. Por ello, el reparto y la organización de las tareas era importante. La tripulación de un barco corsario o pirata estaba compuesta por:

Capitán: elegidos democráicamente entre las filas de la tripulación. Sería el responsable de dar las órdenes y el reparto del botín, sobre el que tenía preferencia. Los capitanes de mayor éxito eran aquellos que poseían don de mando natural y eran temidos adversarios.

Segundo de a bordo o "quatermaster", el encargado del reparto de las raciones, el mantenimiento de la disciplina y la salvaguarda del botín.

Nostramo: con experiencia en la navegación se hacía cargo de los palos, velas, vergas y jarcias, así como de la limpieza de la cubierta.

El artillero: debían ser dueños de una puntería asombrosa para ser capaces de apuntar con precisión no sólo un cañon, sino toda una batería. Por ello, sería el responsable del cuidado de los cañones, de la munición y de la vigilancia de la armería.

Cirujano: Sólo algunos barcos llevaban cirujanos, en ocasiones era capturado para utilizar sus servicios. Serían los responsables de extraer balas, amputar miembros y tratar las heridas de mosquetes y hachas de abordaje.

Cocinero y marmitón: cuidaba de la cocina y los ahumados, dieta que alternaba con el abadejo y pescado fresco.

El trabajo del resto a bordo era constante: tensando las drizas, apretando los estays, arreglando las lonas estropeadas, achicando el agua embarcada, reforzando los cabestrantes.